viernes, 29 de septiembre de 2017

¡Oh, tiene cáncer! ¿y ahora qué le digo? Cómo comunicarse con una persona que tiene cáncer

Si estás leyendo esto es: 1) porque me conoces, 2) porque tienes un familiar, amigo o conocido con cáncer, 3) porque eres un cotilla. Si la causa es la tercera te recomiendo que estés igualmente atento. Al paso que vamos, desgraciadamente pocos son los que no tienen cerca a una persona enferma de cáncer.

En realidad no pretendo adoctrinar ni crear escuela. Ésta es sólo mi visión. Tampoco he buscado bibliografía al respecto. Me baso en mi experiencia.
Desde que estoy enferma he recibido multitud de mensajes, me he encontrado con muchos conocidos en la calle y he quedado con muchos amigos (son ya nueve meses desde el diagnóstico). Me sorprende la variabilidad de mensajes que recibo. Y es que esto no trata sólo habilidades de comunicación. Creo que incluso limitarlo al concepto de empatía (capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos) hace que se quede corto.
Estoy enferma. Tengo cáncer. Pero soy una persona igual que tú. Tener cáncer no me relega al club de los “pobrecitos” o al de los “que desgracia más grande, no se lo merece”. De las cosas más incómodas en cuanto a comunicación se refiere es que me mires con condescendencia y pena. Y es que hay dos tipos de comunicación, la verbal, que es la que realizas con las palabras, y la no verbal, que incluye tus gestos, tus movimientos… Tener cáncer hoy en día no es sinónimo de muerte. Tener cáncer no sentencia. Al menos no siempre. Por ello te pido que me hables con normalidad, como con cualquier otra persona. Que tus ojos no transmitan tristeza y mires los míos, sin esquivarlos, que tus brazos no estén cruzados, que incluso te acerques o toques mi hombro.
Más ardua la tarea del mensaje. A veces basta con un “me alegro de verte”, “qué buen aspecto” o un “mira que estás guapa”. Al menos a mí, me gusta no aparentar enferma. Sé que no sigo los cánones de belleza con mis cuatro pelos mal puestos, pero hay días que consigo verme guapa. Me encanta si soy capaz de transmitírtelo y además me lo dices.
Me cansan los “¿cómo te encuentras?” o “¿estás bien?”. Sé que se preguntan con la mejor de las intenciones. Es más, agradezco muchísimo cuando alguien me escribe adrede para interesarse por mí. Pero cada vez que una persona me pregunta esto me traslado la pregunta a mí misma: ¿Y ahora cómo estoy? ... Era fácil responder al principio porque muchas veces me encontraba fuerte, animada y disfrutaba diciendo que bien, que dentro de lo malo no podía quejarme. El abanico de posibilidades en cuanto a respuestas se ha abierto. Y chequearme a cada momento no hace más que confirmarme que ya no ganan siempre los “estoy bien”. Por eso a veces no he respondido o he tardado en hacerlo. Me disculpo aquí por ello.
En contra, los mensajes “me acuerdo de ti” o “te mando un abrazo” o incluso un simple emoticono con un muñeco amarillo que pone morritos, los recibo con el corazón abierto. Estos mensajes son los mejores. Me hacen ver que soy importante para la persona que los escribe, porque ha pensado en mí y además me muestra su afecto, sin juzgar o sin esperar respuesta.
Me encanta que con mis cambios de hábitos, en busca de una vida más saludable, contagie a quien tengo cerca. Pero que me digas “¿sabes que he empezado a cuidarme más?, porque con lo de mi tío/primo/compañero de trabajo que se murió por cáncer y tú, me he asustado y quiero estar bien” la verdad es que no me ayudas mucho. Perdona que no me identifique con esa persona que se murió por cáncer; yo aún no lo he hecho.
Los “hace tiempo que no escribes” o “no se te ve mucho por Facebook” creo que caen por su propio peso. Aunque agradezco igualmente el interés de quien lo expone.
Dejo para el final justo algo relacionado con los finales. En este momento estoy aún pendiente de empezar la radioterapia. Será el final de mi tratamiento de choque (por llamarlo de alguna forma). Pero no solo el tratamiento no acaba aquí, porque llevaré hormonoterapia durante diez años, sino que la enfermedad no termina con este tratamiento gordo, de choque, activo,… que incluye la quimio, la cirugía y la radioterapia. La enfermedad me va a acompañar SIEMPRE. Incluso cuando los controles salgan bien y me den cita de revisión en un año.
Mis esquemas, mis planes, mi vida, todo, se ha derrumbado con la enfermedad y ahora me estoy reconstruyendo. No sé cuánto tiempo va a costarme, ojalá poco, pero no nada más terminar la radioterapia. A día de hoy sigo asimilando la noticia. Hay días que me despierto desubicada hasta que recuerdo que tengo cáncer. Eso no significa que no lo tenga aceptadísimo. Pero se trata de un proceso. Si hubiera un interruptor que me permitiera hacer como si nada hubiera pasado créeme que lo habría apretado.
Por eso, me incomoda bastante cuando me dices “qué bien, en nada terminas y a la marcha, como antes”. La primera parte del mensaje es perfecta. Sí, termino un tratamiento, y eso es bueno porque tantas consultas, citas, papeles, analíticas, batas blancas, cansa. Pero la segunda parte es una utopía. Nunca va a ser como antes. Y esto no es ni bueno ni malo. Simplemente diferente.
Entiendo que quizás habré desconcertado a muchos, alarmado a otros y retraído a otros tantos. Adoro cada uno de los contactos que tengo con vosotros y cada mensaje o llamada que recibo. Ojalá esto no ahuyente a nadie ni genere rechazo. Lo que pretendo es justo lo contrario. Facilitar que este proceso, que es tan complicado, lo normalicemos entre todos. Explicarlo me parecía lo más adecuado.

6 comentarios:

  1. Hola Ana, me llamo Laura y mi chico me ha pasado tu articulo porque justo hace unos poquitos dias, yo tambien publicaba un articulo sobre mi experiencia con mi cancer de tiroides. Yo tambien tengo 33 años y descubrimos lo mio unos poquitos meses antes que tu lo tuyo... por eso y por lo que cuentas, me siento muy identificada contigo.
    Yo tambien he tenido los mismos comentarios, los "ale, esta prueba y ya esta todo bien, a bailar!", los "va a ir todo bien porque te lo mereces", las miradas de pena y mil tipos de comentarios que no me ayudaban. Y al mismo tiempo agradeces que tanta gente a tu alrededor se preocupe por ti, aunque sean un poco patosos a veces...
    Pero luego tambien estaban las miradas calidas, abrazos fuertes y simplemente un "mucha fuerza", que te llenaba de energia.
    Hoy, mi cancer ya no esta. Pero como bien dices, ya no es igual, esto te sigue para siempre. Y, una vez que lo aceptas, no es ni bueno ni malo, simplemente diferente...
    Te deseo eso, muchisima fuerza y que encuentres el apoyo que necesitas.
    Te dejo el articulo por si acaso, esta en francés y no sé si lo entenderas, pero igual puede servir: https://www.alloalex.com/2017/09/19/rencontre-avec-laurence/

    Gracias por escribir tu experiencia, creo que le puede venir bien a muchas personas.

    Mucha energia y un abrazo fuerte,
    Laura

    P.D.: he ojeado tu blog y visto tus fotos. Que sonrisa, que mirada...! Que guapa!! :)

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias Laura! Me alegra que esto también sirva para conocer testimonios como el tuyo. Es cierto que no podemos olvidarnos de esas miradas cálidas y los abrazos fuertes. y los "te deseo lo mejor" o "fuerza" incluso de personas desconocidas con quien coincides por la calle. Es una suerte contar con tanto apoyo y eso no se me va a olvidar nunca.
    Gracias! Te mando un abrazo enorme

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado. Me siento muy identificada. Yo terminé la radio en marzo, ahora tengo «solo» un pinchazo de trastuzumad cada 3 semanas, y a menudo me comentan lo de ya está, ua pasó el susto!
    Pues no, no ha pasado. Mi vida a quedado descolocada por completo, y eso no se recoloca en un día. A veves da la sensación de q esperan que estes como si nada hubiera pasado, y siento q decepciono x no ser la misma...No se explicarlo mejor

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo has explicado muy bien. No te sientas decepcionada por no ser la misma. Es que no tienes por qué serlo. Pienso que no es fácil reconstruirse. Pero es una oportunidad para cambiar aquello de lo que quieras desprenderte. Un abrazo muy fuerte

      Eliminar
  4. Hola Ana, mi nombre es Lidia. Hoy me has reconfortado mucho cuando he leído algunaa de tus publicaciones. Mi mamá ha sido diagnosticada hace poco y leerte hoy me da coraje y fuerza para ayudarla. No sabes la alegría que me da el verte así de sonriente y guapa en las fotos. Muchas gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Lidia por tu comentario. Espero de corazón que tu mamá lo lleve de la mejor forma posible. Mucho ánimo a las dos y al resto de la familia

      Eliminar

Entradas destacadas